Después de su primer trabajo como PA, Olivier compró un viejo Beaulieu 4008 que parecía una pistola láser. Se enamoró de él.

Un día, de la nada, las pocas películas en Super 8 que había filmado le consiguieron un gran trabajo en Estados Unidos para Westin Hotels.

En el avión, no podía dejar de jugar con los controles de los asientos. De la noche a la mañana, pasó de trabajar solo con su cámara S8 a trabajar con mucha gente, demasiada gente en ocasiones, lo que le hizo añorar las caminatas de esquí en las montañas donde solo puede escuchar el sonido del viento en los árboles.

Olivier también disfruta haciendo tiramisus y sorbetes de frambuesa (realmente buenos) con su hija, aunque ella nunca se molesta en probarlos, para su desesperación.

Nacido en Marsella, Olivier sigue siendo profundamente corso, incluso después de todos estos años viviendo entre Los Ángeles y Londres.

Lo único que lamenta es haber vendido la 4008 para comprar una cámara más sofisticada; uno que nunca le gustó.

Olivier actualmente reside en Lyon, pero está entusiasmado por pasar más tiempo en España, con Ava..